Cuando el néctar y el polen son aún poco abundantes, las abejas recolectan esta resina de las cortezas de los árboles para así endurecer las paredes interiores de la colmena.
De esta manera, reparan las brechas, protegiéndola tanto de gérmenes (hongos y bacterias) como de intrusos peligrosos.
Se trata por todo ello de un producto difícil de recolectar y bastante costoso, especialmente porque el própolis está presente en pequeñas cantidades en la miel.
Sus diferentes propiedades se basan fundamentalmente en la presencia de flavonoides, compuestos que favorecen las defensas del organismo contra las agresiones múltiples.
Sus propiedades y beneficios más importantes:
* Científicamente se le han demostrado 20 propiedades: antibacteriano, antimicótico, fitoinhibidor, anticolesterolémico, antiparasitario, antituberculoso, antiinflamatorio, antioxidante, antitóxico, epitelizante, antialérgico, analgésico, anestésico, antiviral, citostático, desodorante, estimulante de la inmunogenesis, hemostático, hipotensor y termoestabilizador.
* En las vías respiratorias es un antibiótico de amplio espectro que no produce disbacteriosis, con su importante y conocido efecto antigripal. Tiene además acción antiinflamatoria y anestésica, convirtiéndole en un eficaz protector de la garganta y de las cuerdas vocales.
* En el aparato digestivo, regula el apetito, contribuye a la curación de estados anémicos, ayuda a la regeneración de úlceras, previene la parasitosis y es protector del hígado.
* En el aparato circulatorio inhibe la oxidación del colesterol, y normaliza la tensión arterial.
* Posee capacidad cicatrizante, antiinflamatoria y desinfectante, siendo indicado para quemaduras, heridas y afecciones de la piel.
* Contribuye a la curación de estados anémicos.
* Previene la arteriosclerosis.